viernes, 20 de diciembre de 2013

Creo que por primera vez me puse a prestarle atención a lo que pasaba a mi alrededor.

Diciembre 2013


Estaba con unos familiares comiendo en un restaurante de esos donde la comida es divina, y un niño se nos acerco vendiendo unos chocolates; lo que se me vino a la mente es ¿Por qué nos quejaremos tanto? ahí estaba ese niño de unos 10-12 años (una edad cercana a la de un hermanito menor) trabajando porque debe hacerlo y no porque quiera.

Esperaba una camioneta de pasajeros cuando un señor cruzo la calle con su esposa, en ese mismo instante paso la calle un motorizado y el señor le grito "COÑO DE TU MADRE"; realmente no entiendo qué culpa tenia la mamá del tipo que manejaba la moto, capaz y ni ella lo enseño a manejar, pudo haber sido el papá.

Ya montada en la camioneta de pasajeros, un señor pidió la parada y le pago al camionetero y este le dijo "te debo 5 bs", más adelante se baja otra persona y el camionetero le dio de vuelto un billete de 5 bs con unas cuantas monedas; realmente hay una diferencia entre el primer señor y la otra persona que se bajo de la unidad.

Era mi cumpleaños, mi padre quería que compartiera con él, mis hermanos y su esposa... mi mamá queria compartir con mis abuelos y conmigo. Creo que es una situación incomoda cuando tienes padres separados y debes estar eligiendo constantemente, que si no quiero elegir, si solo quiero estar y ya en un lugar, con él o con ella.

Quería salir a celebrar con mis amigos y terminamos en un lugar que realmente era de un mal aspecto, nada de lo que imaginamos que seria, al rato llego mucha gente y colocaron buena música, comenzamos a tomar y  a bailar. Aquí aplica no debes juzgar un libro por su portada, lo importante es divertirse así estés en el techo de una casa, pero con las personas que te importan.

Estaba con una amiga cerca de una plaza y paso una chama gorda y fea de cara con un chico flaco y medio lindo de cara, estaban tomados de mano y riendo; eso me hizo pensar que no hay imposibles y que si hay una persona que se puede fijar en nosotros, por más problemas o por más pasado que tengamos.


A veces solo es bueno dejar de estar pendiente del teléfono o de los audífonos y quitarse los lentes de sol y la gorra, para observar más allá de lo que esta a la vista.

lunes, 9 de diciembre de 2013

Ya no es amor.

Esa típica historia de amor que deja de ser típica y también deja de ser de amor.

Ella entrego todo lo que podía entregarle, pero como siempre él quería más.

Ella merecía recibir amor de la misma forma en que se lo daba, él solo sabia dárselo en una cama. No hay manera de contar esta historia sin que a ella le duela, tanto o más que la primera vez.

Otra oportunidad para los dos, para el sexo y para las mentiras; eso lo sabia hacer de maravilla. Por ese momento parecía que todo al fin tomaba un buen camino, que el daño de los años no había lastimado tanto. El corazón de ella se aceleraba cada vez que lo iba a ver, como la primera vez; sus labios encajaban a la medida, como cada parte de su cuerpo... esa mirada se sentía tan real, sus caricias le transmitían amor o algo muy parecido a eso, ella no quería estar con otro pero por su lado él quería estar con otras.

Nuca se escucho tan verdadero un "te amo", nunca fue tan delicado un roce de sus manos, nunca hubo una mirada tan tierna, nunca su risa se escucho igual a cuando estaba a su lado...

Él le prometió que no habría un final y esta de más de decir que la promesa fue rota.
Ella solo quería estar para él en las buenas y en las malas, él quería estar cuando tenia ganas.

Algunos preguntaran por ella:
¿Qué hizo mal?
Y si la pregunta no es esa, si en realidad es:
¿Qué espera él de ella?
¿Qué más podía darle?

Él siempre pudo hacer más, pudo dar más, demostrar más, sentir más, amarla más... pero se quedo en el "pude" y nunca lo "hizo".

Y ella escuchara muchos "Te lo dije", pero a veces vale la pena los riesgo, hasta el de que te rompan el corazón.

A veces solo esperamos más de lo que esa persona sabe dar.

Esto es para ella, para él, para ti... por nuestra historia que ya no es de amor.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

La despedida.

Estaba ahí recién bañada, buscando ropa y eligiendo un buen perfume. No sabia exactamente para qué me estaba arreglando, supongo que seguía un poco optimista después de todo.
Yo sabia a qué venia él, venía para despedirse...pero a pesar de ser una despedida, no quería que se llevara una fea imagen de mi rostro, lleno de ojeras, un cabello despeinado y un pijama que me quedaba pequeño; en vez de eso, me alise el cabello, me maquille, me puse mi short favorito y una camisa nueva (fue lo primero y único que el notó). Ansiaba el momento en que estuviese afuera esperando que le abriera... llego el momento, estábamos ahí los dos, frente a frente y lo primero que me dijo fue hola y lo segundo "Vén, dame un abrazo" no me importaba que olía a mono porque venia de su practica de fútbol, lo abrace sin importar su olor ni el sucio en su ropa; fue el típico abrazo de "No te imaginas la falta que me hiciste" aunque luego de ese día me iba a hacer más falta que nunca. Le di un chocolate blanco (de mis favoritos), seguido de ello una carta y para finalizar un par de pulseras que tenían grabadas nuestras iniciales.
No pretendienta comprarlo ni mucho menos,  solo quería continuar. Mi intento de obtener otra oportunidad fue fallido, ni el abrazo, ni la carta, ni la pulsera lo hizo ceder aunque fuera un poco.
Mis lágrimas comenzaron a caer cuando de su boca salio la frase "Amor, no puedo más", era uno de esos momentos donde deseaba no escuchar o que me tragara la tierra, claro estaba que no iba a pasar ninguna de esas dos cosas. 
Me sentía avergonzada por llorar en su cara y por dañar todo el trabajo que me había dado arreglarme (mentira, solo estaba avergonzada por llorar en su cara, nunca me ha dado trabajo arreglarme), ver como el quería calmarme, me aliviaba un poco y a su vez me daban más ganas de llorar y si...muy contradictoria mi actitud en ese momento. Habían pasado más de quince minutos y mis lagrimas habían cesado, comencé a besar su hombro, su cuello hasta llegar a su boca...sus labios me besaban con una especie de dolor y me dijo "Amor, ya" y de mi boca solo salieron estás palabras "Este puede ser nuestro último beso" .
Sus labios dieron un cambio notorio, me besó como si el mundo se fuese a acabar y yo fuera su única salvación, volvió a ser mío solo por ese momento.
Le pedí disculpas por besarle y luego le pregunté "Entonces...¿ya terminamos?" y me pidió que le abriera la puerta, ya habían llegado para buscarlo; me dio un beso en la frente y me dijo que había sido la mejor novia que tuvo hasta ese momento y cerro la puerta... rompí en llanto y comprendí que había terminado, era la despedida.

sábado, 14 de septiembre de 2013

Cada cosa fuera de lugar.

Nos fuimos separando como las gotas de una nube hasta caer al suelo, su forma de tratarme iba cambiando día a día y no para bien, las ganas de llorar crecían por la noche cuando nadie podía verme ni oírme... Mis esperanzas permanecían intactas, como si no hubiesen razones para dejarlo ir. Sabia que era una basura ensuciando su mundo, que no lo hacia feliz y que lo ponía a desconfiar de cualquier cosa, era como si su vida y la mía estuviesen destinadas a separarse pero yo insistía en unirlas. Estaba en ese punto en que sabia que no lo merecía, que él tenia que ser feliz y simplemente no lo era a mi lado...pero estaba el otro punto en que lo amaba como se aman a pocas personas en la vida, no quería alejarme ni alejarlo de mi solo quería seguir ahí aunque nos estuviese haciendo daño. Cada palabra que él decía me hacia sentir más miserable de lo que me sentía normalmente, me hacia desear no existir. Enamorarme no me había salido bien antes y era claro que no me estaba saliendo bien en ese momento, mis ganas de seguir eran iguales a sus ganas de terminar. No sabia que decir ni que hacer para que todo volviera a la normalidad, cada cosa hacia que la situación se pusiese más complicada de llevar y mas incomoda de hablar. No quería verlo, tampoco escucharlo al menos de que me diera buenas noticias...pero era tan obvio que eso no sucedería, mis ganas de no existir crecía con cada lagrima que bajaba desde mis ojos hasta morir en  mis mejillas, yo no quería aceptarlo el niño de mis ojos se estaba alejando de mi vista, la razón de mi sonrisa se convertía en la razón de mi llanto.
Mi autoestima se reducía al nivel de "Nuca hago bien las cosas y menos en una relación".
Solo había algo o mejor dicho, alguien que podía sacarme del fondo y ese alguien era la misma persona que me empujaba y no me dejaba subir. Él no esperaba nada de mi y eso era lo que más me afectaba, saber que nada podía empeorar. Yo era fuerte hasta que apareció él. No paraba de pensar en formas de arreglarlo todo o en las cosas que nos habían llevado hasta ahí, hubiese querido desaparecer antes de pasar por eso.No era la primera vez y dolía tanto o hasta más que esa. Mi futuro colgaba de un hilo y ese hilo llevaba su nombre y apellido.

viernes, 13 de septiembre de 2013

Lo mismo y no es la enfermedad del lomo.

Pasaron los día y no sabia nada de él, era como si no existiera, como si todo hubiese sido un sueño y nada más, ni un mensaje ni mucho menos una llamada pero ella estaba acostumbrada a que apareciera y se fuera como si nada. Mil pensamientos inundaron su mente, ella merecía estabilidad, tanto emocional como de la persona que ella amaba.
Ya las cosas no podían seguir igual, ella tenía que seguir con su vida y dejar atrás ese pasado lindo pero oscuro. Él era sin duda la razón de sus problemas pero también era la solución a cada uno de ellos, no hablar no hacia que lo olvidara era como si las cosas empeoraran cada vez que lo sentía lejos de su alcance y era así de cierta forma. Ella sabia que él no le convenía, que cada vez que volvía era para desordenar su mundo y se lo permitía como si fuese muy fácil salir de la tristeza que invadía su cuerpo cada vez que el se iba y seguía con su vida, siempre pasaba lo mismo, era como su circulo vicioso, el agujero negro en el que caía siempre...

Luego de ver las cosas desde otra perspectiva etendio el daño que ella misma se causaba al caer en lo mismo siempre, decidió alejarse era la mejor para su vida.


Muchas veces caemos en lo mismo por miedo a intentar algo nuevo, pero a veces "lo mismo" no es bueno para nosotros, cada ser humano debe valorarse y estar con personas que le den el cariño y respeto que se merecen por el simple hecho de vivir, cada día tenemos una de cien mil oportunidades y debemos aprovecharla no sabemos cual sera la de la suerte. Recuerda que debes quererte tu primero antes de querer que te quiera alguien más.

miércoles, 14 de agosto de 2013

Una crónica de odio y amor.

Era un día normal, de esos en que ella tenia ganas de verle, pero su orgullo no le permitía escribirle para pedirle aunque sea una miradita por la ventana. Hasta que el amor y las ganas de verle pudieron más que cualquier otra cosa que se cruzara por su camino. Le escribió si, lo hizo, le pidió que fuese a verle, que lo extrañaba y lo necesitaba como siempre, ella esperaba de él un rechazo, pero no fue así, accedió a ir a verle. Eran las 5 de la tarde y ella esperaba ansiosa su llegada... Sonó el celular, era un mensaje: Estoy afuera, sal.
Su alegría se desprendió al segundo siguiente de leer ese mensaje; corrió para abrirle y ahí estaba él con sus ojos brillantes y gritando con la mirada "Tenia tantas ganas de verte"; entro a la casa de ella y era como si el viviese allí, conocía cada lugar donde iban las cosas desde sus zapatos hasta su cartera. La tarde paso lentamente hasta al caer la noche, hablaban de los días en que no estuvieron juntos y todos los acontecimientos que quizá a ella no le alegraron tanto, pues si, esa noche ella descubrió que él ya no era tan suyo, que ya había estado con otra chica.

Los pensamientos de ella comenzaron a florecer, desde la forma en que él acariciaba, besaba y le hablaba a la otra, hasta la forma en como la hacia suya, tan suya como ella lo era de él. Pensarlo era su destruccion, era caer es un abismo de donde solo él podría sacarla, aunque dijese lo que dijese nada borraría que el estuvo con otra, las lágrimas comenzaron a caer y junto a ellas salieron las preguntas ¿Le hiciste el amor o fue solo sexo? ¿Lo nuestro qué es? ¿Quieres estar conmigo?.

De alguna forma ella se sentía asqueada del cuerpo que tenia a su lado, de esas manos que habían tocado otra piel, de esos labios que habían besado otro cuerpo, de esa boca que habían pronunciado otro nombre, eran tantas cosas que estaban fuera de su alcance, fuera de sus manos para cambiarlo... pero nada cambiaba que él era el chico que amaba, con el que quería pasar esa  noche y las que seguían en toda su vida. La noche pasó y sus ganas de besarle eran tan grandes como el odio que sentía por él en ese momento, él la acaricio como una prenda delicada de ropa de esas que se arrugan con facilidad, la respiración de ella se aceleraba con cada tacto de los dedos de su chico, poco a poco salia la ropa que cubría sus cuerpos y llego el momento en que cada uno reclamo lo que era suyo en la cama, en el piso, en el mueble, en el baño, en todas partes pero el cuerpo de ella era de él tanto como el de él era suyo, iban al mismo ritmo, parando el tiempo y alejándose de la realidad; les quedaba disfrutar cada movimiento, no sabían cuando volvería a repetirse, los cuerpos se fueron agotando y el sueño se adueño de ellos... Al llegar el día la tranquilidad que ella sentía a su lado era de otro planeta, no quería que ese momento acabara, lo que quería era olvidar la revelación de la noche anterior y eso era más que imposible. Ella disfruto cada beso, caricia y cada respiración que venia de él, hasta el momento de marcharse. Lo vio caminar, hasta perder lo de vista, miro cada rincón de la casa que había sido testigo de ese amor puro, de ese que no esta siempre pero es seguro.

Esta es una de esas historias que suelen recordarte momentos, de esas historias que quieres vivir, de esas historias de amor y odio que nos hacen feliz.


Para comentarios: Twitter @orlypadron

Creer de nuevo

Hace poco Oriana me estuvo hablando de Pablo y de cómo sin buscarlo se convirtió en la persona que la hizo creer de nuevo en el amor. Errore...