Adicta a las emociones fuertes, así me he sentido los últimos
años de mi vida, parece que la intensidad me atrae, el desastre me entretiene y
al final del día nadie me entiende.
Adicta a las emociones fuertes, así me he sentido los últimos
años de mi vida, parece que la intensidad me atrae, el desastre me entretiene y
al final del día nadie me entiende.
Llegaste, quisiera emocionarme, pero no sé si vas a
quedarte, ya he conocido otros antes, pero ninguno que se te iguale.
Hay tanto misterio en tu rostro, no descifro nada hasta que
te miro directamente a los ojos, ahí está esa mirada que me eriza un poco, noto
tu deseo, como quisiera que por mi te vuelvas loco.
Me concentro escuchando, me deleito mirando y entre tanta
tensión, ya nuestros labios se están rosando, no me lo habría imaginado, que después
de un DM esto estaría pasando, no sé si lo hasta notado, pero la ropa parece
estar sobrando.
Déjame creer que la noche es eterna y que vas a estar también
en la próxima luna llena, aunque esto sea solo una escena de una novela.
Hace poco Oriana me estuvo hablando de Pablo y de cómo sin buscarlo se convirtió en la persona que la hizo creer de nuevo en el amor. Errore...