
No, no es la primera vez que me detengo a observarte, lo he hecho muchas veces más, y me he quedado embelesada descubriendo un poco más de ti y no sé qué es lo que me gusta más, no sé si son los hoyuelos que se hacen en tus mejillas cuando sonríes, o la forma en que brillan tus ojos al mirarme, también podría ser el desorden de tu cabello al salir de la ducha, o la forma en que tus brazos se enredan a mi cintura al besarme.
Cada momento que me tomo para observarte, descubro nuevas cosas, hallo nuevos lunares, me percato que tienes más de una risa (una cuando algo te parece chistoso, otra cuando piensas en una situación morbosa y una que sueltas cuando hago una pregunta incomoda, pienso seguir descubriendo muchas más), he notado que te gusta el silencio y que te gusta mirarme fijamente antes de darme un beso.
Es increíble las cosas que notas con tan solo una ojeada, con tomar un minuto de tu tiempo para admirar a las personas, descubrir que va más allá de su apariencia, es que podría jurar que el mundo no se imaginaria al chico del túnel y los tatuajes, viendo a alguien como tú me miras, diciendo cosas como las que tú me dices, es que me encanta el hecho de ser la persona que te descubre, de ser la persona ante la cual te muestras, porque sé que cuando estamos los dos, creamos un mundo donde no existen más habitantes, donde podemos ser nosotros en nuestra máxima esencia.
Todo esto pensaba mientras tú aún dormías...