Nos hallamos en nuestro sitio favorito, tu cuarto, mi cuarto o quizá un lugar que nunca hemos visto.
Te acercas a mí, puedo sentir tu mirada penetrando cada parte de mi cuerpo, me siento desnuda aunque sé que no has sacado ninguna prenda de mi ropa; nuestras respiraciones se aceleran y se escuchan como una, tus manos y tu boca comienzan con un jugueteo que me inquieta, inicia en el cuello, sigue hacía mis senos y se detiene es mi muslo, no necesitas quitar la ropa, no lo necesitas para volverme loca.
Me empujas contra la pared y me sostengo de las manos, una de tus manos sujeta mi cabello mientras la otra en mi entrepierna se va deslizando... siento cada movimiento y un río dentro de mi va naciendo.
Quiero que continúes pero, de repente todo se detiene... solo era un sueño donde me tenías y de mi eras total dueño.
